EUROPA
PRESS
6 noviembre
2016
Una conversación cara a cara puede volverse más incómoda cuando tu
interlocutor tiene mal aliento o halitosis, un problema que afecta a
aproximadamente el 20 por ciento de la población y que puede aparecer a
cualquier edad.
Aunque
es un problema que afecta más a los hombres, las mujeres suelen acudir más a la
consulta en busca de una solución a este problema, según datos del Instituto
del Aliento, dado que puede suponer un problema psicológico y de convivencia
para la persona que la padece.
Y pese
a que no es una enfermedad en si misma, los expertos del Centro
Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED) aconsejan consultar con un
profesional ya que existen más de 80 enfermedades subyacentes que pueden estar
detrás de su aparición.
"Hay
un gran desconocimiento entre la población sobre la halitosis. Sin embargo,
tras ella se pueden ocultar enfermedades como puede ser una úlcera o incluso
diabetes, siendo en este caso un síntoma que no se debe ignorar", ha
reconocido Jonas Nunes, responsable de la Unidad de
Halitosis del CMED.
Aunque
en algunos casos el mal aliento se debe a problemas de falta de higiene o salud
dental, existen "otros muchos en los que los pacientes tienen una boca
bien cuidada, no abusan del alcohol, el tabaco y comidas especiadas y aun así
siguen sufriendo halitosis", ha añadido Gonzalo Guerra Flecha, fundador y
especialista en aparato digestivo del CMED.
De
hecho, este es el grupo que padece un alto porcentaje de infradiagnóstico,
ya que desconocen que pueda haber otras enfermedades que puedan provocar su mal
aliento, ha añadido. Los orígenes más frecuentes de este problema pueden
dividirse según el origen causante de este mal olor:
·
Boca: exceso de
salivación, candidiasis, problemas gingivales o 'piercings'
linguales.
·
Respiración superior:
sinusitis, amigdalitis (aliento a podrido), respiración bucal o cáncer de
laringe.
·
Respiración inferior:
neumonía, bronquitis, cáncer de pulmón o absceso pulmonar.
·
Digestivo: úlceras,
gastritis, reflujo gastroesofágico, enfermedad
inflamatoria intestinal o una infección por 'Helicobacter pylori' (aliento
amoniacal).
·
Sistémico: medicación,
fiebre, hipoglucemia, diabetes (aliento afrutado), alteración hepática y renal
(aliento urémico amoniacal), entre otros.
·
Neuropsicológicos:
estrés, ansiedad, depresión o alteración del gusto en la boca (desgeusia).